Ven, sensible y sensual, a renacer mi amor que hoy dormita, a calentar mi lecho vacío, mi tálamo errático que se hiela.
Cobíjame en tu cuerpo, amor mío.
Envuélveme en halagos, si amanezco envuelto en recelos
inciertos que desvelan mi agonía.
Embriaga mi boca yerma de tus mieles bañadas en quimeras, inciertos que desvelan mi agonía.
y disuelve zozobras y congojas en una alianza de amores, y concedámonos el placer en nuestra carne.
© Nicanor García Ordiz, 2011.