31 enero 2011
25 enero 2011
Música de cine
Esta noche, en Noches de luna, la música de cine será la protagonista.
Adquieran sus entradas, aprovisiónense de las correspondietes palomitas y pasen a la sala. ¡La película va a empezar!
22 enero 2011
Sólo tú
Muérdeme los besos,
sólo tú sabes hacerlo
sin que duela.
Arráncame los ojos
y siembra piedras
en mis cuencas,
sólo tú sabes hacerlo
sin que duela.
Prende fuego a mis palabras,
y escríbeme miradas ciegas,
píntame mariposas negras
en mis entrañas secas,
sólo tú sabes hacerlo
sin que duela.
Extíngueme las ascuas que atizan
esta eternidad en mis huesos
y prende en ellos la llama
de un tal vez incierto,
sólo tú sabes hacerlo
sin que duela.
Condéname las esperanzas,
quítame el consuelo,
arráncame del pecho el corazón,
las huellas, los senderos sin retorno,
la pasión, y destiérrame al castigo
del olvido, al abismo de una pena,
sólo tú sabes hacerlo
sin que duela.
Sin que duela, sin reparo ni miedo,
aunque sólo sea por afecto, sólo tú
sabes hacerlo sin que duela.
© Nicanor García Ordiz, 2011.
18 enero 2011
Razones para la esperanza
Bebo el almíbar de tu origen,
al rozar tus labios con los míos.
Sacio mi afán
y se enciende mi anhelo,
en los arroyos ansiados
de tu manantial de pasión.
Busco tu mano suave,
bajo estas sábanas que dibujan
la invención de un amor.
Hazme un leve gesto, que
quiero sentir tu corazón,
bríndame tu ternura en este guiño,
que acaricie mi alma y mi razón.
¡Qué dulce éxtasis!
bajo el cual quiero durar.
De gozo anega mi espíritu,
dándome vida, delirio y amor,
en este mundo único, ¡mágico!
Y… el almíbar de tu origen,
y... el manantial de pasión,
y… la suavidad de tu mano,
y… el gozo de mi espíritu
hacen de este dulce instante…
¡mil razones para la ilusión!
© Nicanor García Ordiz, 2011
16 enero 2011
Bajo los luceros
Bajo los luceros, al abrigo del rocío negro, el murmullo latiendo en mi quimera, con el anhelo dilatando mis adentros. He llegado, temblando, a tu encuentro.
No me lastimes cerrándome el empeño.
Desgárrame esta condena, calcíname este castigo, arráncame las penas.
Como tú nadie sabe el acertijo de mis besos. Nadie la adivinanza de mis tactos.
No me des martirio. No más desencuentros.
Niégalos con el tacto de tus ojos, con la luz de tus dedos.
Bajo los luceros, estos primeros, de mis deseos.
© Nicanor García Ordiz, 2011.
12 enero 2011
Italia en el corazón
Esta noche, en Noches de luna, tendremos un programa especial dedicado a la música italiana. Come ti amo!
07 enero 2011
Al lugar secreto de los eternos instantes
Suéñame, con mis dedos afinados entre tus piernas blancas,
y despertaré a las dormidas alondras que se bañan en tu origen.
Imagíname, sembrando el sol de dulce sal y brea caliente,
y te daré tiernas cadencias que acaricien tus sentidos.
Aguárdame, anhelando besos de luna clara y rocíos férvidos,
y te llevaré alientos tiernos de fragua ardiente y cortadas alas.
Recíbeme, iniciando océanos en tu huidiza mirada,
y brotará el serrín de aguas inundando mis ansias nuevas.
Ilumíname, con las ascuas púrpuras de tus besos vírgenes,
y apagaré mis sembrados campos de mudos relámpagos.
Descríbeme, paisajes de aire en mis dormidos anhelos,
y aplacaré los silencios que duermen mi intención de amarte.
Susúrrame, hasta que se me erice el alma de primaveras nuevas,
y gritaré arcoíris imperfectos que apaguen las afonías agónicas.
Mírame, con el aliento libertario de tus intermitentes miradas,
y deslumbraré las prudencias vivas con el despertar de tus señales.
Entrégame, latidos de juncos verdes en el aletear de tu vientre,
y hurtaré los nimbos grises que te laceran como pájaros negros.
Abrázame, con la sangre fresca de la hiedra que amanece,
y desataré hervores suaves en las fantasías de tus manos.
Bésame, hundiendo agujas rojas que tejan nuestras bocas,
y me desvaneceré como la bruma opaca alejada por el soplo frágil.
Siénteme, destilando palpitares en las sombras de mi cuerpo,
y compondré sinfonías planas que reverberen en tus pechos plenos.
Duérmeme, con arrullos anhelantes que aletarguen mis tormentos,
y provocaré despedidas viejas en el andén de las luciérnagas.
Quiéreme, para soñar soñando sueños de retornos a tus afanes,
y odiaré el lugar impasible que te aleja y desea no amarme.
Acompáñame, al lugar secreto de los eternos instantes,
y caminaré a la vera de tu sombra llevando las plenas utopías nuestras.
© Nicanor García Ordiz, 2009.
04 enero 2011
Francia en el corazón
Esta noche en Noches de luna tendremos un programa especial dedicado a la música francesa. ¡Ohh, la, la!
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